Os voy
a contar una experiencia que comenzó un 17 de enero en Londres; Respecto a la
misma la califico como una experiencia vital, algo que hay que vivir, y que recomendaría
que nadie se lo perdiera.
Fui con
una meta, aprender ingles, sin embargo durante esos 7 meses no solo aprendí
ingles, por otro lado aprendí a convivir con otras culturas, a comprenderlas y
respetarlas por encima de todo.
- En general: El diecisiete de enero, ese maravilloso día que despegue de Barajas, que aterrice allí, en esa maravillosa ciudad. Hoy recuerdo esa experiencia como la mejor de todas... Volvería a ponerme debajo del Big Ben mirar hacia arriba y volver a decir, ¡Que bonito es! Volvería a coger el bus 52 o la jubile line, volvería a perderme por el enorme Westfield o simplemente dar un paseo por aquel barrio tan acogedor llamado Willesden Green, me volvería a pasar 3 horas en el Sainsbury pensando que cenaremos hoy e incluso volvería a pasar por Oxford Street a las horas mas concurridas, pasaría por Camden town e intentaría regatear con todos aquellos hombres, iría a Picadilly Circus entraría en Lilly whites, volvería a salir de casa sin paraguas tras un día mas de lluvia, también me levantaría a las 5 de la mañana una vez mas para ir a trabajar a ese espantoso lugar que al final resulto no serlo, me comería una Big Tasty y quien sabe incluso por estar allí saborearía algo picante, volvería a cruzarme con miles de personas diferentes a envolverme en millones de culturas diferentes, tampoco dudo que buscase como loca un restaurante español, también volvería a reírme cuando alguien me dijese algo que no entiendo, y volvería a esforzarme por entenderlos, volvería a comprarme una oyster.. si, si me dieran la oportunidad de volver atrás lo volvería hacer tal y como lo hice, volvería a pasármelo como me lo pase y sé que se me volvería a quedar grabada como ahora mismo tengo esta increíble experiencia en mi cabeza.
- Respecto a mi trabajo: Aterrice en el McDonald, mi primer trabajo. Nunca se me olvidara el día que me plante en Notting hill, allí estaba yo en una entrevista con un idioma que no era el habitual. Y si pase a la siguiente fase, en cuestión de días ya vestía aquel horrible uniforme. Con pocas ganas de empezar por eso del miedo a lo desconocido, pero en horas me di cuenta que ese duro trabajo no es tan duro cuando te lo pasas bien. Se puede decir que me forme en Notting hill, allí m e hice una maquina de hacer hamburguesas. Siempre estaré agradecida a ese grupillo de hispano hablantes que hicieron que el comienzo fuese más ameno. Dos meses de trabajo y ¡ZAS! aquel hombre que me contrato por mi felicidad decide llevarme a Sloane Square, aun recuerdo como si fuese ahora mismo mi primer día allí, digamos que no fue el mejor, no conocía a nadie y añoraba las miles de risas de Notting hill, esa gente era un equipo ya echo y yo no pintaba nada allí. Después de apenas una semana de trabajo ya era una mas, era parte de ese gran equipo, La diferencia de pensamientos, la enorme diversidad de culturas no fue un impedimento para que cada día hubiese nudos más fuertes. Y si he aprendido muchísimo y no hablo solo de el ingles, hablo de las personas. Desde indios, nepalis, arabes, londinenses, polacos, cada uno se ha ganado un huequito en mi corazón. Aquellas típicas frases de cada día del jefe, ''QUICLY'' ''TEAM WORK'' Y la satisfacción de cuando hacías el trabajo perfecto y se acercaba un compañero y te decía ''GIVE ME FIVE'' no tiene comparación
Me quedo con todo de esta maravillosa experiencia y por supuesto 100 %
recomendada
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